lunes, 13 de julio de 2020

Engaña y manipula, que algo queda…

Perfectus Detritus
"La Cizaña", Asterix y Obelix
Lo han vuelto a conseguir.
Esta vez el engaño y la manipulación si han funcionado.
La tan orgullosa Izquierda Abertzale ha mentido, manipulado y engañado a la sociedad vasca sin ningún complejo, sin ningún respeto y sin ruborizarse lo más mínimo, como otras muchas veces.
Con todos los medios a su alcance: políticos, parlamentarios, sindicales e “incontrolados”.
Y lo ha hecho con la aquiescencia (cuando no entusiasta colaboración) de varios medios de comunicación.
No solo los privados, propios o ajenos, de ambos lados de la línea central, que coinciden en el objetivo de dañar la imagen de EAJ-PNV y, en este caso además, de desgastar al Lehendakari Urkullu.
También con algún medio público, que se ha evidenciado como “tonto útil”.
O no tan tonto, pero siempre útil, con una interpretación, tan laxa como torticera, del concepto de “libertad de expresión”.
El objetivo estaba claro: generar tal alarma en la población que pareciera que ir a votar era tan peligroso como entrar sin protección en una UCI especial para enfermos del COVID-19 en Brasil.
Y lo consiguieron.
Se fabricaron su tan ansiado “rió revuelto”.
Mientras tanto, por otro lado, discretamente, se pasaba la orden de ir a votar a todo aquel que tuviera algo que ver con la IA y/o a todo aquel que quisiera castigar al PNV y/o al Lehendakari por lo que fuera menester.
El resultado: más de un 45% de abstención.
No en todas partes, por cierto.
En los feudos de EH-Bildu esas cifras han sido muy inferiores.
Y es muy curioso que en el municipio en el que, según la IA, no se dejaba votar a la gente, donde no se daban las condiciones mínimas y donde el riesgo de contagio por votar era inasumible y suponía poner en peligro a la población (esto es, en Ordizia), la abstención ha sido casi un punto y medio menor que la media del Territorio de Gipuzkoa y mas de tres puntos menor que en la Comunidad Autónoma.
Vaya.
¿Lo suyo, lo coherente hubiera sido que quien se pasó los últimos días de campaña cacareando los peligros de ir a votar no hubiera ido, no?
Pues de eso nada.
En Ordizia, el número de votantes que han ido esta vez a votar ha sido un 9.14% menos que en 2016.
En un censo que ha variado muy poco al alza este año, EH-Bildu ha subido 230 votos, mientras que el resto de partidos juntos -mira por donde- han bajado 925.
Todos han bajado, menos EH-Bildu y Vox, que han subido.
¡Vaya hombre!
O sea que, cuando aumenta el riesgo hasta límites intolerables (alkate dixit), la IA, no solo no aconseja no ir a votar a sus próximos, sino que toca la corneta y usa todos sus métodos para “fomentar” el voto de los suyos e impedir el voto de los demás.
¿El resultado? Clarinete: 230 votos más que en 2016.
Ese número de votos suponen el 3.29% del censo electoral, pero a la IA le ha supuesto la subida de un 11.65%.
¿Por qué? Pues porque quienes se han quedado en casa eran votantes de todas las sensibilidades políticas, menos de la IA.
Ni más, ni menos.
La verdad es que la maniobra es maquiavélica.
De garrafón, pero muy efectiva.
En esto si van avanzando.
En tiempos pasados, los “mismos incontrolados” se dedicaban a poner silicona en las cerraduras o a echar aceite de coche en las calles de acceso a los colegios electorales, con el objetivo de que los votantes, especialmente la gente mayor, se asustara y no fuera a votar por temor a resbalarse, caerse y romperse una cadera. Les importaba una M su integridad o su salud y, muchísimo menos, sus derechos y libertades.
Ahora se repite la cosa, pero 4.0
La manipulación es tal que hasta nos han colado una supuesta escisión de la parte de la IA que se siente traicionada por la “política de makos” de la actual dirección de Sortu.
Lo de “poli bueno/poli malo” de toda la vida.
Se les hacía responsables de los ataques a Batzokis, casas del pueblo, políticas socialistas o la tumba de Fernando Buesa, diciendo que eran elementos a los que no podían controlar, porque “no eran suyos”.
Y mira por donde que incluso los escindidos recalcitrantes han ido a votar a quienes decían odiar por traicionar lo más sagrado del MLNV.
Una escisión muy "sui generis".
Para no querer las elecciones se han empeñado en no perder ninguno de sus votos…y en hacérselos perder al resto.
Puede que este tipo de marrullerías las hayan aprendido de Nicolás Maduro y sus huestes e incluso sirvan para varios capítulos de Juego de Tronos o de House of Cards.
Pero dice muy poco de la honorabilidad  y honestidad de quien las practica y del respeto que tienen al pueblo, cuyos intereses dicen defender.
Salvo que uno quiera gobernar solo para los suyos y el resto deba de ser re-educado.
¡Siempre por su propio bien, “natürlich”!

lunes, 30 de marzo de 2020

Entre la "España Una" y la "Europa Ninguna"


Foto de "La pandemia, la crisis económica
y la Unión Europea (y II)"  Diario 16
Siempre se ha dicho que todo aquel o aquella que ha jugado al fútbol lleva dentro un entrenador. Yo a eso hasta ahora le añadía que lo mismo pasaba con el turismo. Todo aquel o aquella que ha viajado por vacaciones es un técnico de turismo en potencia, capaz de identificar y hacer un plan de desarrollo para cualquier zona que le parezca curiosa. Aunque solo se lo parezca a él o ella.
Ahora pasa lo mismo con la epidemiología. 
Todos y todas, paisanos o médicos, especialistas o no, sabemos qué y cuándo se tenían que haber hecho las cosas y que medidas eran y/o son mejores para luchar en esta guerra.
Como dice una querida amiga mía, también de la profesión (de las profesiones, mejor dicho), “yo tengo opinión para todo” y, por supuesto, también sobre la gestión de este episodio de salud pública.
Pero, en cualquier caso, no me correspondía a mi tomar decisiones y estoy seguro de que quien las ha tenido que tomar (por lo menos quienes yo conozco) lo ha hecho en todo momento pensando en hacer lo mejor para todos y en todos los aspectos.
No había un manual detallado sobre cómo afrontar pandemias en la era de la comunicación y en un mundo globalizado, por lo que no ha quedado más remedio que ir haciendo el camino a base de dar pasos.
Dos para adelante y uno para atrás, pero avanzando paso a paso.
Todo ello, con los medios de comunicación 24/7 sobre el tema, casi siempre alarmando más que ayudando, como ya viene siendo costumbre en los últimos tiempos, siempre so pretexto de una supuesta y, a mi juicio, mal entendida transparencia y libertad de expresión.
Bueno.
Lo hecho, hecho está.
Solo nos queda aprender de ello e intentar paliar las consecuencias negativas de los errores cometidos.
Y esperar a que los ciudadanos sepan valorar a quien ha trabajado con seriedad y ponderación frente a quienes han visto en esto una oportunidad para ganar protagonismo o demostrar quien “la tiene más grande”.
Pero, además de opiniones, lo que me surgen ahora son muchas preguntas.
Tal vez desde el punto de vista puramente médico estemos a punto de coronar la cima del pico de contagio y actividad del coronavirus (si no lo hemos hecho ya). Después esas cifras irán bajando, pero desgraciadamente NO hasta su desaparición, sino que se “asentarán” en una meseta gráfica que puede durar muchos más meses aún.
Seguirá habiendo nuevos infectados, re-infecciones, recaídas, afectados de gravedad y muertes.
Sin duda.
Por eso, a mi juicio, a nuestros gobernantes y gestores públicos les queda lo peor: decidir cuándo damos por finalizada esta etapa de cuarentena y confinamiento y en qué condiciones.
Cuando pasamos de una situación excepcional a otra de coexistencia con la enfermedad, aunque siga muriendo gente.
¿Qué se tiene que dar para considerar que hemos salido de la fase aguda de la epidemia?
¿En base a que indicador o indicadores epidemiológicos podemos decidir que ya se puede levantar la cuarentena?
¿En base al descenso de nuevos contagios? ¿Al número de ingresos en las unidades especializadas y de vigilancia intensiva?
¿En base a la cifra de decesos?
¿Y este final llegará en la misma fecha a todos los rincones de la España virológicamente Una?
¿Tendremos que esperar a que estos indicadores sean los mismos en cualquier parte del territorio?
¿Si en mi pueblo ha habido dos casos y se dieron hace más de tres semanas, tenemos que esperar a que en otro municipio lejano, con muchísimos más afectados, se cure todo el mundo?
¿Los ceutíes con 25 casos tienen que esperar a que el coronavirus desaparezca en Madrid?
Igual hay que decidir cerrar Madrid para que no salga nadie …o cerrar Lekeitio para que no entre nadie.
¿Cómo gestionamos esa realidad?
¿Quién va decidir cómo y cuando pasamos a esa nueva fase de la pandemia?
¿Estas decisiones se tomarán en el “huacal" * del ministerio del Paseo del Prado en Madrid?
¿O lo harán quienes gestionan la sanidad que nos atiende día a día en nuestros ambulatorios y hospitales?
Yo lo tengo muy claro: tienen que ser los que están al pie de obra quienes tienen que valorar la situación y plantear las soluciones.
Pero también es imprescindible una visión y unos criterios unificados que sirvan de guía para que estos puedan actuar con conocimiento y garantías.
No a nivel de la España virológicamente Una, sino a nivel europeo, porque, como dicen algunos, el virus no tiene fronteras...pero ni dentro de España ni fuera.
Y el problema no es solo sanitario. Será también un enorme problema social, laboral y económico.
Ese es el reto al que nos tendremos que enfrentar en los próximos meses.
Necesitamos unos criterios claros y unificados a nivel europeo, para determinar el comienzo y el fin de cada fase de la pandemia: para poder considerar que ya se puede abandonar la fase de "urgencia" y pasar a otra mas "relajada".
Establecer unos mecanismos reales de valoración y control de los mismos indicadores para todos los Estados  y actuar después de forma coordinada, flexible y adaptada a la realidad de cada entorno, en cada momento.
No solo desde un punto de vista puramente médico, sino global.
De lo contrario nos encontraremos con medidas diseñadas y dictadas desde un temible “mando único”, al albur de diferentes presiones e intereses, insuficientes en unos casos, desproporcionadas en otros e incumplidas en muchos.
O llegaremos a ver “curaciones milagrosas” y carreras contra el reloj para dar por finalizada la epidemia en un país u otro y así aprovechar la oportunidad de crecer económicamente a costa de quienes no anden tan espabilados o  se “incorporen a la vida” más tarde.
Si la gobernanza europea mira para otro lado cuando realmente hace falta y se desentiende de todo, dejando a cada estado miembro a su aire, lo único que van a conseguir es que lo del Brexit acabe pareciendo un simple resfriado frente al corona-exit que puede afectar a la Unión en un futuro.
Pero cualquier cosa puede ser, porque el mundo es mundo y, como reza el dicho, no deja de ser un “mundo inmundo”.
Ánimo, paciencia y suerte.




* Huacal: según la RAE, “especie de cesta o jaula formada de varillas de madera, que se utiliza para el transporte de mercancías delicadas”.
En la República Dominicana, se llama “El Huacal” al edificio de oficinas públicas Juan Pablo Duarte, situado en la Av. México frente al Palacio de la Policía Nacional, en Santo Domingo.
Se le llama así porque su forma recuerda a las cajas de madera que servían para transportar las botellas de cerveza y, figuradamente, porque se dice que es una caja sin botellas, en alusión a los funcionarios allí destinados.

martes, 3 de marzo de 2020

¡¡A ver si os dais cuenta ya de una vez de que necesitáis el cambio!!

Estos últimos días no hemos parado de ver y escuchar a la candidata de Podemos-E (de España), Miren Gorrotxategi, decir lo importante que es que las izquierdas se unan en Euskadi para acometer “el cambio que tanto necesita este país”.
La verdad es que no me extraña demasiado que la candidata haya sacado ese argumento, porque es fácil y simplón y, además, no compromete a nada.
Hablar del “cambio” solo supone quitar a quien está para poner a otro o para ponerse ella misma.
¿Para qué? Eso es lo de menos.
La cuestión es vender un "necesario cambio".
"Necesario cambio" que no acaba de llegar, porque los votantes "se resisten" a "darse cuenta" de lo bueno que sería para ellos. ¡Es que deben de andar muy despistados con el fútbol y el "Conquis"!
Nada nuevo bajo el sol
En la primera campaña a la que Podemos se presentó como tal, en una entrevista preelectoral, una periodista le preguntó a Pablo Iglesias qué pensaban hacer con “el problema de los autónomos”.
La respuesta fue: “sentarnos a hablar con ellos y después ver que podemos hacer”.
Esa era la “promesa electoral”.
Ganar las elecciones, sentarse a hablar y después ver qué hacer. En ese orden.
O sea, había que ganar para después “sentarse a hablar”.
Pura soberbia intelectual.
El problema es que en el juego democrático de partidos el orden es el inverso. Uno analiza lo que quiere o puede hacer con una necesidad social, diseña una solución desde sus postulados doctrinales o políticos y se lo propone a la sociedad y esta, SOLO ESTA, lo acepta y vota favorablemente o lo rechaza y te manda para casa.
Prometer “el cambio” es como prometer un nuevo día.
“Usted vóteme, que yo le prometo que, cuando gobierne, todos los días saldrá el sol”.
En cualquier caso, aunque haya dicho que no, si me sorprende un poco que el argumento venga de una persona que procede del mundo académico, que, además, tiene cierta e importante experiencia política/parlamentaria, en el Senado (donde coincidimos) y después en el Congreso.
Y me sorprende esencialmente por lo que he dicho: la simpleza del planteamiento.
Porque la Sra. Gorrotxategi vuelve al básico y ya obsoleto sistema de la distribución de la sociedad en izquierdas y derechas.
Y además nos hace el favor de ser ella misma quien defina quien es de izquierdas y quien no, aplicando un manual de política decimonónica, que ya se demostró que no sirve.
No habla de políticas o planteamientos mejores o peores para el desarrollo humano. Eso no da juego.
Hay que esforzarse demasiado en pensar y diseñar estrategias de trabajo. Hay que buscar la coherencia y el equilibrio y eso es muy aburrido.
Tiene poco glamour político y muy poca repercusión mediática.
Pero lo de izquierdas (todos buenos, blancos e inmaculados, más preocupados por los demás que por si mismos) y derechas (todos gordos caciques explotadores, fumadores de gruesos puros, que no tienen escrúpulos en destruir a sus semejantes a cambio de engordar sus cuentas corrientes) es mucho más fácil y aparente. Es una imagen mucho más arraigada en el imaginario popular y un recurso facilón.
Resumiendo, lo que busca la Sra. Gorrotxategi es una alternativa de izquierdas a EAJ-PNV.
Y, lógicamente, esto lo plantea porque considera que mi Partido NO es de izquierdas.
Ya le gustaría a ella que las izquierdas vascas y españolas tuvieran una mínima parte de la sensibilidad social real (no solo de boquilla, pancarta y postureo) que tiene el PNV y, sobre todo, que hubieran tenido la habilidad y la valentía de poner en práctica políticas sociales similares a las vascas cuando han gobernado, en gobiernos de todos los niveles.
O sea que el “cambio” que plantea la candidata no es para progresar, sino para que, siempre desde sus propias definiciones, la “izquierda” desplace a la “derecha”.
Bueno. Cada cual es muy libre de opinar como le plazca y de plantearse sus propios y particulares objetivos en esta vida.
Lo que no sé es que diría la diputada Gorrotxategi si en Madrid se hicieran las cosas de la misma manera.
¿Qué diría la diputada si aquellos a los que ella considera de derechas (EAJ-PNV, Coalición Canaria, Nueva Canaria, Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe…y por supuesto UPN, Foro Asturias, VOX, C’s y PP) aplicaran esa misma vara de medir, ese mismo esquema de decisión frente al gobierno de Madrid?
¿Qué diría su jefe y mentor, D. Pablo Iglesias, si, en una hipotética moción de censura o en los presupuestos, los demás votaran siguiendo esa misma línea del cambio de un Gobierno de “sus izquierdas” por otro de “sus derechas”?
En fin.
Puede que este discurso ya rancio de izquierdas contra derechas le sirva para simplificar e intentar colocar su mensaje con más facilidad, pero, desde luego, no sirve para prestigiar ni a quien lo formula ni a su proyecto político.
Por cierto: si, según Gorrotxategi, la razón de que la línea oficial vasca de Podemos haya perdido las primarias internas frente al dedazo central es que aquí se favoreció que el PNV tuviera presupuestos…¿qué dirá la Sra. candidata si EAJ-PNV entiende que tiene que votar a favor de los presupuestos del Gobierno PSOE-Podemos-E en Madrid?
¿Dirá que Podemos-E se ha vendido al capital o que EAJ-PNV se ha vuelto de izquierdas…pero solo fuera de Euskadi?
La verdad es que hay que vivir para ver.
Menos mal que las urnas volverán a poner a cada uno en su sitio…también el 5A.



miércoles, 15 de enero de 2020

Reciclaje de papel-carton: ¡ de papeleta a papelón !

Dicen que esto de la globalización nos ha traído muchas ventajas y nuevos modos de vida y relación que antes eran impensables.
Puede ser.
Desde luego, ya podemos tratar como “local” prácticamente a todo el mercado mundial.
No soy capaz de decir si esto es bueno o no. No me atrevo.
Como consumidor, probablemente sí. Como ciudadano, no lo veo tan claro.
Pero de  desde un punto de vista medioambiental me parece una barbaridad.
Podríamos hablar de muchas cosas (plazos de entrega imposibles, inmediatez, disponibilidad absoluta, eliminación de los productos de temporada, sobre-embalaje…), pero no me daría el blog ni el tiempo para tanto.
Una de las preguntas que si nos podemos hacer es que sucede después y cuáles son las consecuencias del acto de consumir “a distancia”.
¿Quién se hace responsable de todo eso que compramos cuando ya no sirve y lo tenemos que desechar?
¿O quién paga todas las consecuencias ambientales y económicas negativas que conlleva, sin ir más lejos, la gestión de los residuos de embalajes?
Un ejemplo claro, cada día más palpable y dramático, es el del papel-cartón.
Durante muchos años, el valor del propio material reciclado ha sido capaz de absorber los costes de su gestión y reciclaje y dar beneficios a las empresas que se han dedicado a ello. Y entre los beneficiarios también podemos incluir a los ayuntamientos competentes de su reciclado y, por tanto, a los contribuyentes.
Un buen ejemplo de eso que llamamos la “circularidad de la economía”, aunque esta no fuera a nivel “local”, sino “global”.
Una gran parte de lo consumido volvía al circuito de producción de papel y cartón como materia prima, después de haber sido separada y reciclada oportunamente, mientras las mermas y fugas de material se compensaban con las fuentes tradicionales de materias primas del sector.
Y todos tan contentos.
¡ Pero se acabó la felicidad !
China (y el resto de países asiáticos en cascada), que ha sido el gran consumidor de este tipo de material, ha decidido cerrar su mercado al papel-cartón reciclado y dejarlo de importar masivamente, aceptando solamente el material reciclado de alta calidad.
La primera consecuencia es que el papel-cartón reciclado ya no vale nada.
Todo lo contrario: su gestión, procesamiento y almacenamiento masivo empieza a costar dinero de manera creciente y las empresas recicladoras (las que sobreviven) se ven obligadas a cobrar por los servicios de gestión del residuo y tienen enormes problemas para deshacerse del material.
El reciclado de alta calidad se vende y el resto se queda almacenado.
Y esto ocurre en toda Europa (y no solo), donde se estima que ya hay almacenados más 8 millones de toneladas de papel-cartón reciclado, listo para ser reutilizado.
Lo que hasta ahora era una oportunidad, ahora se está volviendo un problema.
Lo que habíamos conseguido que se convirtiera en un "valioso recurso”, ahora vuelve a bajar a la consideración de "simple residuo”.
Habrá que buscar una salida a lo acumulado y a lo que se va a acumular, porque los costes y el peligro que ese almacenamiento entrañan se están volviendo inasumibles.
Y mientras toda esta cascada de desgracias se cierne sobre nuestra industria, nuestro sistema público de gestión de residuos y nuestro entorno, los chinos siguen exportando y vendiéndonos productos perfectamente sobre-embalados, en embalajes (valga la redundancia) hechos con materiales de muy baja calidad.
Es cierto que somos nosotros quienes compramos y consumimos esos productos y, si aplicamos la máxima de que “quien contamina, paga”, debemos de ser nosotros quienes tenemos que hacernos cargo de las consecuencias, porque la contaminación es efecto de nuestro acto de consumir.
Pero parece evidente que no podemos seguir haciendo las cosas como hasta ahora.
La única manera de afrontar esta cuestión de forma justa y razonable es que cada producto que consumamos tenga ya incluido en su precio una parte destinada a la gestión como residuo del propio bien cuando deje de ser de utilidad y el embalaje en el que viene y que lo recaudado en este capítulo se destine real y efectivamente para ese fin.
Incluyendo, por supuesto, aquellos bienes que importamos de cualquier país tercero a la UE.
Como mínimo, en igualdad de condiciones.
El que quiera comer “jamón” también tiene que hacerse cargo de la parte de “hueso” que le corresponda. Aunque el jamón se coma en la China o en la  Conchinchina.
Ahora, los países asiáticos, incluido el Gran Dragon chino, tienen ventaja frente a nuestra industria, porque solo tienen que hacerse cargo del coste de producir y vender.
El resto ya lo pagamos aquí a escote.
¿Será por eso que tienen los ojos rasgados?
¿De tanto reírse de nosotros?
Esto es la globalización…pero de la estupidez.

jueves, 19 de septiembre de 2019

La banda de los Dalton de la política española.

Los cuatro hermanos Dalton de la política española
Hace un tiempo, buscando datos para una intervención, leí una frase que me llamó la atención.
Alguien (no recuerdo quien) decía que lo que había que hacer en aquel país sud-americano era convertir el “parlamento” en “escuchamento”.
(La frase se adjudica a varios autores, por lo que no cito a ninguno)
Desde luego, visto lo visto, también podríamos aplicar esta teoría a las Cortes Generales madrileñas.
Hablar, en el sentido extenso de la palabra (incluyendo las redes sociales, especialmente Twitter) se ha hablado mucho. Muchísimo.
Pero en formato monologo. Para entretener y justificarse ante su público, pero con ninguna intención de compartir, convencer o transar con quienes realmente había que tejer complicidades, para ponerse a trabajar juntos por el bien de quienes decían defender.
Parlar.
Los “parlamentarios” no han parado de “parlar”, pero en el sentido estricto del significado que la RAE da a la palabra:
1. tr. Revelar y decir lo que se debe callar o lo que no hay necesidad de que se sepa.
2. intr. Hablar con desembarazo o expedición (expedición: “facilidad, desembarazo y prontitud en decir o hacer).
3. intr. Hablar mucho y sin sustancia.
4. intr. Dicho de algunas aves: Hacer sonidos que se asemejan a la locución humana.

Desde luego, lo definido en las tres primeras acepciones del término se ha visto abundantemente en el Parlamento español en estas últimas semanas.
Incluso, después de ver a tanto loro y tanta cacatúa repitiendo sin cesar lo que les habían enseñado sus “estrategas electorales” de cabecera,  también podríamos aplicar sin problemas la cuarta acepción a lo que hemos padecido.
Si no fuera por la gravedad de la situación y por el riesgo que supone lo que está sucediendo para una democracia de por si inmadura como la española, la situación sería hasta cómica.
Pero, lo dicho, es penosa.
Los ciudadanos no somos tontos y normalmente no hace falta recordarnos lo que ya conocemos.
Pero tampoco se puede correr el riesgo de olvidar que en este circo que se ha vivido ha habido  diferentes protagonistas, actitudes y actuaciones.
Y eso es lo que van a intentar hacer ahora aquellos que han ocupado las pistas centrales de la carpa circense, tratándonos como a niños crédulos, haciendo el payaso (por ser fino).
Se empeñarán en hacernos creer que la culpa de lo sucedido no es de nadie y es de todos. Desde quienes pusimos nuestra papeleta en las urnas hasta quienes siempre han estado dispuestos a ayudar y aportar en las negociaciones y el proceso legislativo establecido.
Todos, menos ellos.
Y NO.
Los únicos responsables, sin duda, del desastre sucedido son los cuatro “hermanos Dalton” de la política española, que con su desidia y sus hipertrofiados egos han asaltado y pateado la precaria democracia del Estado español.


domingo, 7 de julio de 2019

Pregunta del CIS: ¿a que partido "con toda seguridad, no votaría nunca"?.

Hace ya un tiempo, estábamos en un pleno especialmente tedioso del Senado, en el que ya solo nos quedaba aguantar los improperios y diatribas que se dedicaban con especial entusiasmo entre PP, PSOE, Podemos y C’s (eso que todavía la moción de censura no era ni imaginable).
Acababa de publicarse el barómetro de abril del CIS y estábamos echándole una ojeada.
En esto que el Senador Bildarratz me dice: “mira que tabla más curiosa”.
La pregunta decía: “me gustaría que me dijera cual es la probabilidad de que vote a cada uno de los [partidos] que le voy a mencionar, utilizando para ello una escala del 0 al 10, siendo que el 0 significa que ‘con toda seguridad, no lo votaría nunca’ y el 10 que ‘con toda seguridad, le votaría siempre’.”
Esta es una de esas preguntas susceptibles de “cocinamientos” varios, algo de lo que siempre se acusa a las encuestas del CIS.
Porque, siendo la baremación del 0 al 10, lo único incontrovertible son los 0 y los 10. Todo lo demás está sujeto a interpretación.
Por otra parte, los 10 tampoco tienen demasiado valor, porque de poco sirve saber que un determinado porcentaje de la población te va a votar siempre.
Si acaso, sirve para medir el tamaño del club de fans y poco más.
Si solo contáramos con ellos, en todas las elecciones saldrían los mismos resultados.
Lo que me parece importante es saber qué proporción de la población a la que se dirige un proyecto político podría, en ciertas circunstancias, votar a un partido que normalmente no es de su preferencia.
Tabla 1
Dicho de otra manera, cuál de los partidos es el “menos antipático” o “repelente” para los votantes.
Cuál es el que menos rechazo absoluto genera y, por tanto, cuál podría crecer más, llegadas determinadas circunstancias.
Ese es el truco. Ahí, en saber llegar a estos colectivos, estaría la tecla del éxito.
Veamos que nos dice el CIS.
En el estudio nº 3242 de marzo/19 la pregunta en cuestión se hacía no solo a nivel estatal, sino que también autonómico.
Lógicamente, la valoración de los partidos de implantación estatal era diferente en función de si hablábamos del conjunto del Estado o de cada CC.AA. concreta.
En cualquier caso, los porcentajes nos enseñan el rechazo a cada partido por la generalidad de los votantes en su ámbito geográfico.
Los partidos vascos solo se valoran en la C.A. del País Vasco o en Nafarroa, porque no tendría sentido pedir una valoración del PNV en Cádiz (aunque igual también nos podríamos sorprender).
Con todas estas premisas he confeccionado unas tablas que podemos analizar.
Por ejemplo, según la tabla 1, de todos los partidos representados en el Congreso de los Diputados, el que menos rechazo absoluto genera es EAJ-PNV, con un 32.9%. Curiosamente, el que más es Foro Asturias, con un 80.8%.
El 54.6% de los votantes no votaría nunca al PP y el 70.3% no lo haría a VOX.
Ni los partidos catalanes en Cataluña, ni los gallegos en Galicia o Compromis en Valencia se acercan.
Tampoco EH-Bildu en Euskadi, que tiene un 14,3% más de rechazo absoluto que EAJ-PNV.
Solo Coalición Canaria se arrima tímidamente en la C.A. de Canarias.
Por otra parte, si miramos a qué partido votarían siempre sus votantes, EAJ-PNV vuelve a ser el refugio electoral con más fieles: un 12.1%. Y el que menos fans incondicionales tiene es, de nuevo, Foro Asturias con un 0.3%.
Si comparamos, en cambio, entre las cifras generales del Estado y las de la C.A. del País Vasco y Nafarroa (tabla 2), vemos que los grandes partidos estatales tienen diferentes clubs de fans según el territorio.
Tabla 2
Si en España el 54.6 de los votantes nunca votaría al PP, en el País Vasco esa cifra se eleva hasta un 75%.
Ciudadanos pasaría de un rechazo del 47.5% en España al 71.3% aquí y el rechazo a VOX sería un 10.9% mayor en nuestro ámbito y un 12.5% mayor en Nafarroa que en el conjunto del Estado.

¿Por qué?
Cada uno que se busque su propia respuesta.
Yo no soy sociólogo y no me atrevo a dar una.
Lo que sí parece evidente es que el partido que menos rechazo absoluto provoca entre los electores de su ámbito de actuación es el PNV y eso no puede ser casual.
A pesar de ser el blanco de todas las iras y objetivo de todas las maledicencias, los ciudadanos entienden que, en determinadas circunstancias (diferentes para cada cual) el PNV puede ser un refugio positivo para sus votos.
Y eso nos tiene que congratular a quienes alguna vez hemos sido electos en nombre de EAJ-PNV y, por el contrario, servir de toque de atención a quienes Euskadi y los vascos les importan un pimiento.







viernes, 5 de julio de 2019

Sueldos de alcaldes y alcaldesas: la demagogia que no acaba.

Aezkoa Ibarreko Errejidorea
Volvemos, como cada legislatura, a discutir y hacer politiquería con los salarios de alcaldes y alcaldesas y demás personas liberadas en los equipos de gobierno de nuestros ayuntamientos.
Algo que queda muy bien en las tertulias de bar, pero que no aporta nada a la dignificación de la política.
Algunos alcaldes/alcaldesas se bajan el sueldo, de forma arbitraria y unilateral, hasta lo que ellos consideran razonable o suficiente para ellos mismos.
Otros, en cambio, se lo suben.
Al fin y al cabo, los sueldos de las corporaciones los votan y establecen los Plenos de cada municipio y lo pueden hacer según su interés y sus mayorías.
Pero desde 2011 existe un “Acuerdo para la Gobernabilidad Municipal y el libre ejercicio de su cargo por concejales, concejalas, alcaldes y alcaldesas vascas”, aprobado por la práctica totalidad del espectro político vasco, en el seno de EUDEL (Asociación de Municipios Vascos), que, con sus consiguientes revisiones y actualizaciones, determina cuales son los criterios para la fijación de los salarios de los ediles.
Por lo tanto, la cuestión está clara: aplíquense los salarios acordados, tal y como se hace en cualquier otro sector.
Se negocia y se firma un convenio y se aplica a los trabajadores que estén afectados por el acuerdo.
¿Alguien se imagina que cualquier trabajador/a decidiera “motu proprio” reducirse el sueldo, porque considerara que el del convenio es demasiado y a él o a ella le basta con un sueldo más bajo?
¿Alguien tiene dudas de lo que dirían o harían los sindicatos con ese trabajador o trabajadora?
¿Alguien se cree que los sindicatos aplaudirían la aplicación de una reducción de salario  establecido unilateralmente por ese trabajador o trabajadora al resto de los asalariados/as del sector?
Yo desde luego no me lo creo.

Pero hay otra cosa.
En 2013 se aprobó en las Cortes Generales españolas la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de las Administraciones Locales (LRSAL).
A mí me tocó ser ponente de esa norma en el Senado y los que estuvimos en aquel proceso legislativo sabemos lo que costó defender la especificidad foral de la administración local vasca y que los ayuntamientos de Euskadi (Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa) quedaran fuera de la aplicación de la ley española.
En esa ley se regulaban los salarios de los cargos públicos locales en España y, en cualquier caso, estaban y están por debajo de los salarios de sus equivalentes vascos.
Ni más ni menos que lo que ocurre con el resto de asalariados vascos con respecto a los españoles.
Es curioso que cuando hablamos de los sueldos de alcaldes, alcaldesas, concejales y concejalas, la izquierda abertzale pretenda igualar los salarios a los que se cobran en el resto del estado.
Pero cuando hablamos de los salarios del resto de la función pública (que también están por encima de los salarios españoles) el argumento sea el contrario y los sindicatos vascos defiendan el ámbito de decisión vasco y no paren de reivindicar subidas salariales muy por encima de las españolas.

Todo esto de los sueldos de los alcaldes y alcaldesas solo obedece a un ejercicio de demagogia barata, que, al final, no sirve más que para envilecer, para reducir la dignidad de los servidores públicos elegidos por los ciudadanos.
Y además dura lo que dura.
Yo he convivido con compañeros senadores y senadoras que defendían aquello del salario equivalente a tres veces el sueldo mínimo interprofesional. Muchos de ellos, buenos políticos/as, personas muy formadas, motivadas y trabajadoras, que hubieran seguido en la política, pero que renunciaron, porque en sus trabajos de origen cobraban más y…”con cuatro años, como experiencia, ya está bien, pero vuelvo a mi trabajo, que gano más”.
Es más, cuando MªDolores de Cospedal fue presidente de la Comunidad hizo una reforma del estatuto de autonomía de Castilla-La Mancha (en la que también me tocó ser ponente), eliminando las retribuciones de los diputados a las Cortes de esa comunidad.
¿Quién puede meter horas como diputado si no tiene un salario por hacerlo?
¿Para ser diputado en las Cortes de Castilla-La Mancha hacía falta ser rico o vivir de las rentas?
¿Los ciudadanos de esa comunidad estaban mejor representados y sus intereses mejor defendidos por personas que trabajaban gratis?

Es imprescindible que las personas que han decidido dedicarse al servicio público cobren un sueldo digno y suficientemente atractivo como para dejar sus actividades profesionales para trabajar por el pueblo.
Pero hay que hacerlo con acuerdos y con transparencia.
Lo que no puede ser es que un alcalde o alcaldesa decida subirse o bajarse el sueldo en función de sus gustos, necesidades y mayorías.
Las retribuciones tienen que ser dignas, estables y transparentes.
Ni más, ni menos.